Nos depara una de las más típicas estampas del val do Ulla, el conjunto integrado por la iglesia y la rectoral, rodeadas de labradíos, praderías y retallos de huertas fruteras. En la rectoral destacamos el portalón coronado por una cruz singular y el gallo cataventos. Comenta Castelao en el libro As cruces de Pedra na Galiza: “por el portalón entra el camino en la casa, y la cruz esconxura de lejos a los demonios y duendes, haciéndoles saber que para entrar allí es necesario pasar por debajo de ella y acatar su ley”. Se combina el entrelazado celta (cruz-monograma) con el círculo y los brazos iguales. Este modelo de cruz ornamental dataría, en opinión de Castelao, del período románico, y lo heredarían el gótico y el barroco.
En el campo de la fiesta tenemos el inevitable crucero (S.XVIII), de fuste octogonal, capitel dórico y cruz florenzada. Un una cara aparece el Cristo crucificado y en la otra la Inmaculada con corona y un ángel orante.
En Merín destacan los festejos de S. Pedro Mártir, el domingo siguiente al 29 de abril, y el S. Cristóbal, el primer domingo después del 10 de julio.